El profesor como verdadero influencer

Publicado en Vanguardia Educativa, nº 40, Monterrey, México, 2021

María Rosa Espot y Jaime Nubiola
«Un influencer es una persona que tiene presencia y credibilidad en las redes sociales (Facebook, Instagram, YouTube, Twitter)». Se trata de una mujer o un varón que influye en las decisiones y los comportamientos de sus seguidores. No hace falta ser un famoso. Basta con que esa persona se gane el reconocimiento y la confianza de un grupo de personas. Dicho en otras palabras, un influencer o un «influenciador» es una persona que inspira confianza a un público concreto y, en consecuencia, su opinión se tiene en cuenta.

Los influencers se caracterizan, además, porque continuamente comparten información sobre temas muy diversos, están en la vanguardia de la moda y de todo lo que sucede. Dan a conocer una marca, una actividad, un lugar, un evento. Brindan su opinión y recomiendan. ¿Qué necesitan? Un buen producto y que su mensaje llegue a los anhelados seguidores-objetivo. Su disponibilidad es clave, están en constante comunicación y han de estar dispuestos a perder cierta privacidad.

Sin embargo, para ser un verdadero influencer —añadimos la palabra "verdadero" no basta con ser alguien que influye en las decisiones de los demás, pues —en mayor o menor medida— todos influimos de un modo u otro en las personas que tenemos a nuestro alrededor, ni tampoco es suficiente tener un número más o menos grande de seguidores. Un verdadero influencer es alguien que sabe a fondo de un tema, se convierte en un especialista y se transforma en un referente. La influencia del verdadero influencer no afecta únicamente a conductas externas, sino que afecta además a convicciones internas. Este es el caso del profesor, del maestro en el sentido más amplio de la palabra. Estamos convencidos de que «un gran maestro puede cambiar la vida de uno o más de uno de sus estudiantes», pues su docencia sobrepasa las aulas. Por así decir, está comprometido con la vida de su alumno dentro y fuera del aula.  El verdadero influencer no se queda en cuestiones superficiales o triviales tendencias, modas, lugares, postureos, frases bonitas sino que va más allá, llega más adentro de la persona, a su interioridad. No impone, ni obliga y menos aún coacciona. Es decir, respeta en todo momento la libertad de la persona, pues está convencido de que la libertad es un don incuestionable del ser humano. 

La influencia del profesor

En todos los niveles del sistema educativo los profesores son personas muy influyentes en el rendimiento académico de los alumnos y en su crecimiento personal. ¿Qué significa influir? Influir significa literalmente «ejercer predominio o fuerza moral» en la conducta y en el sentir de una persona.Los alumnos son muy sensibles a la personalidad del profesor: cómo trabaja, cómo trata a los demás, cómo reacciona en circunstancias diversas. De hecho, todos sabemos que los estudiantes prefieren y valoran a los docentes altamente competentes, entusiasmados, cordiales, con ganas de ayudar y comunicativos. Por eso, estos docentes son de entre todos los más escuchados y los más "seguidos" por sus alumnos. Son sus referentes. El ejemplo de su vida hace que el alumno convencido —refiriéndose a su profesora o profesor—diga "yo quiero ser como esta" (o como este). Esa la mejor muestra de ser un verdadero influencer.

¿Cómo influye el profesor en sus alumnos? El profesor influye a partir de su formación profesional, intelectual y humana inicial y continuaque determina en gran medida su personalidad y su manera de relacionarse con los alumnos. Más en concreto, el profesor influye a partir de sus lecturas, de su estudio constante, de su reflexión personal y del tipo de conexión que sea capaz de establecer con los demás: sabe escuchar, comprende a las personas porque sabe mirar desde el punto de vista de la otra persona y está siempre dispuesto a ayudarla.

En este sentido, vale la pena recordar que muchos estudios han dejado claro que la calidad (docente, intelectual y humana) de los profesores es más importante por lo tanto, influye más en el rendimiento del alumno que la ratio entre docentes y estudiantes tan cuestionada.  

En definitiva, el profesor se convierte en un verdadero influencer en un referente o modelo a seguir con su vida de cada día, esto es, con su ejemplo diario dentro y fuera del aula. Por consiguiente, la coherencia del profesor juega un papel decisivo a la hora de influenciar. Para que no desconecten los jóvenes necesitan evidencias, testimonios, y no discursos ni peroratas insoportables. Un verdadero influencer no es un sermoneador. Lo que realmente cuenta para los alumnos es lo que ven en el profesor, su maestro de vida.  

 Credibilidad y confianza

La influencia que el profesor ejerce en sus alumnos no es un truco, ni una manipulación ni nada parecido a eso. Sino que es una decisión del alumno que toma con total libertad. Es consecuencia de la credibilidad y la confianza que el profesor despierta en sus estudiantes. Es más, el nivel de influencia del profesor depende del nivel de credibilidad que el alumno percibe en lo que dice y hace el profesor y de cuánta confianza inspire al alumno.

A los alumnos no se les escapa nada de lo que dicen o hacen los profesores. Son grandes observadores. A su vez, no son indiferentes ni a las palabras ni a los comportamientos de sus educadores, en el aula y fuera de ella. La influencia de un profesor realmente es muy amplia, va desde un modo de actuar, de trabajar y de relacionarse con los demás, hasta la adquisición de unas actitudes o unos valores determinados.  

Tanto la credibilidad del profesor como la confianza que el alumno le otorga, no pueden imponerse. El profesor tiene que ganárselas ambas credibilidad y confianza—día a día con su competencia profesional, su obrar diario, sus actitudes y su capacidad de expresar a cada uno lo mucho que en particular le importa. Esa es la manera de convertirse en un verdadero influencer.

Los profesores somos personas de referencia para los alumnos. No somos meros transmisores de conocimientos, sino que además a través de nuestra docencia y de nuestra vida diaria mostramos y transmitimos a los alumnos un modo de hacer y de sentir, unos valores y unas actitudes que van calando en el interior de los estudiantes. Esta comunicación —intencionada o no— nos convierte en verdaderos influencers, en maestros de vida.